lunes, 26 de enero de 2015

Mi payasito de cuerda

Aún sigo siendo ese corazón de niña, que lloraba cuando le rompieron a su payasito de cuerda; aunque le ofrecieran otro igual, solo queria ese...porque sabía que era único, que la melodía que tocaba era única, que era especial, dificil de conseguir y, sobre todo, de reemplazar.

Eres mi payasito de cuerda, porque me marcaste al perderte. 
Porque nunca lamenté tanto algo, como el haberme tenido que despedir, de manera prematura, de eso que quería tanto que me hacía temblar. 

Mi payasito de cuerda eres tú; el último "nosotros" al que quise. Aquel que nunca pude olvidar. Tan único, tan irremplazable...pero sobre todo, tan fugaz.

El payasito sólo me duró un día. Un día en el que me enamoró, me hizo feliz con su música, sus colores. Un día en el que lo amé. Un día en que lo perdí. Pero fué tan especial, que todavía me acompaña su recuerdo dos décadas después. 

También me ilusionaste. Me enamoraste. Me encantaste. Fue sublime y fugaz.
Eres mi payasito de cuerda, porque aunque tú lo hiciste, tu recuerdo jamás me abandonó.

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