viernes, 17 de junio de 2011

Los fuegos de la envidia

A veces siento algo que no puedo reconocer ni ante mí misma. A veces veo el amor que se tienen algunas personas y siento algo muy raro en el estómago.

Es una mezcla de tristeza y de bronca. Algo horrible nace en mí, como si no soportara ver la felicidad ajena. Es como una angustia.

Una nostalgia por algo que tuve y ya no tengo, pero no sé qué es. Cada vez que veo que alguien tiene eso que yo no tengo se me enciende un fuego, algo espantoso que odio sentir. Me niego a reconocerlo pero creo que ese fuego que siento es envidia. Un envidioso envidia algo que puede conseguir, pero un resentido sabe que jamás va a conseguir eso que envidia.´

Sentir que no pudimos ni podemos lograr eso que queremos genera vergüenza y dolor, un dolor que te va matando. Sentir envidia es creer que uno tiene un derecho, que la vida nos debe algo y que es injusto que se nos niegue. Pero la vida no nos debe nada, tenemos lo que queremos y lo que podemos. Y por todo lo que nos falta hay que luchar. Ahí la envidia se convierte en deseo, y el deseo en motor.
 

         ¿Por qué nos sometemos incluso en situaciones en las que podríamos rebelarnos?
¿Por qué incluso cuando por una cuestión numérica estamos en condiciones de rebelarnos no lo hacemos?

Hay dos motores que mueven a la humanidad, uno es el deseo y el otro la envidia, o sea desear lo que sea el otro. Todos tenemos deseos, son el motor de nuestra vida. No es malo tener deseos, pero cuando no alcanzamos lo que deseamos y lo alcanza otro ahí nace la envidia.

Nadie desea lo que nadie desea. Un cuarto lleno de juguetes, dos niños, uno agarra un juguete y el otro por supuesto quiere el mismo juguete. Está en la naturaleza.

‘Que suerte, que guacho, que tarro…”. Si, tarro, cosas que le decimos al otro cuando creemos que tuvo suerte, pequeñas expresiones simpáticas teñidas con una gotita de envidia, nada grave. ‘Envidio el vestido que tiene mi amiga, pero bueno, yo voy a tener otro también’. Hay otra envidia que es mucho más peligrosa: la envida del ser.

La envidia del ser es algo tan profundo, tan profundo que a veces no lo podemos ver. Ya no envidio lo que tiene el otro, envidio lo que es el otro. Los fuegos de la envidia tienen poderes casi sobrenaturales.

Son fuegos que pueden arrasar con todo, pero que pueden encender un motor.
Un recordatorio de que algo no estamos haciendo para cumplir nuestro propio deseo. Hay que luchar por nuestro deseo, no darse por vencido nunca. No existe fuerza más poderosa que el deseo, es indestructible. Nuestro deseo es el único capaz de apagar el fuego de la envidia.


 Capitulo 72 Casi Angeles IV, "Los fuegos de la envidia"

Sobre la rebeldía

¿Por qué debemos siempre acatarnos a lo que alguien más quiere para nosotros?
¿Será que debemos suponer que la autoridad se preocupa más por nosotros que por sí misma?

Y es que cuando ésta deja de actuar en base a las necesidades colectivas para empezar a poner en primer lugar sus deseos más profundos, sus caprichos, las ocultas aberraciones de sus fantasmas internos... es ahí cuando debemos elegir algo más. Elegir aquello que queremos para nosotros.

Porque ¿quién tiene el derecho de decidir lo que queremos, con la excusa de saber lo que necesitamos?

...Es por eso que hoy, yo elijo la rebeldía.
Elijo bajo ninguna circunstancia dar mi brazo a torcer.
Me niego a obedecer con humildad los designios de una autoridad con dudosas intenciones a la hora de proceder.
Elijo elegir por mi misma, ser mi propia autoridad, tener autonomía. Elijo no circunscribir mi libertad a los muros que alguien más levante a mi alrededor.

Los mayores logros en la historia, las cosas trascendentales se consiguieron mediante algún acto de rebeldía, la ruptura de ciertos esquemas, la liberación de lo que estaba destinado a estar preso.
Nada verdadera mente importante, ningún gran cambio, se ha conseguido sino destronando todo aquello que, sin derecho, nos oprime.
¿Quién que haya conseguido alcanzar algún logro, permaneció cien por ciento obediente bajo las ordenes de alguien más?
Llega un momento de nuestras vidas en que debemos empezar a tomar las ordenes como válidas recomendaciones, mas que como un parámetro a seguir.

Rebelarse es salir a la luz como ave que al levantar por primera vez el vuelo se rebela contra la gravedad. Rebelarse e superación. Es saber que ha llegado el momento de vivir bajo nuestros propios designios, aprender a vivir por nosotros mismos.



martes, 14 de junio de 2011

Mi fiel amante

A veces siento
que me da mucho miedo
perderte.

Escuchar el silencio
en tu voz
y sentir de tu cuerpo
la ausencia.

A veces me pregunto
que seria de mi
sin ti a mi lado.

Me niego
Simplemente me niego
a estar sin ti.

Mas aya

La vida es mucho mas de lo que has vivido. Acostumbramos a limitar nuestro pensamiento hasta no mas aya de nuestras narices, sin saber que la vida va mucho mas aya de lo que hemos experimentado.
Esto no solo significa que lo que has vivido no es nada en comparación con lo que te falta por vivir, sino que también que lo que a diario vemos, los lugares a lo que vamos y las experiencias que vivimos son tan solo una gota en el océano de lugares y circunstancias que es la vida.
No te canses, hay mas. No te aburras, pues siempre hay algo nuevo que aprender.
Puede ser que un día de repente te mudes a un país completamente diferente al tuyo. ¿Que sera común en todas partes del mundo? De un instante a otro la vida entera puede cambiar. Para ti o para otros sin que te des cuenta.
Me da esperanzas saber que hay algo mas. Que no es solo lo que he visto. Si, muchas cosas malas. Pero las malas noticias vuelan mas rapido que las buenas.
Saber que hay una gran porcion de cosas que desconocemos de una forma u otra me hace confiar.
Confiar en que la vida no se limita simplemente a lo que hemos vivido.

domingo, 12 de junio de 2011

Despertar




"De eso se trata esta historia, de despertar, de distinguir entre la realidad y sueño. Si tu vida es sueño alguien se apodera de ella. Hay que distinguir entre vivir tus sueños y soñar con una vida irreal. Para despertar de ese sueño que nos anestesia hay que volver a creer. Despertar es salir de tu bunker, de esa habitación donde te encerras para no vivir la vida. Despertar es romper la burbuja, salir de la placenta donde estamos tan cómodos. Despertar es aceptar que la vida a veces duele. La vida puede ser un sueño, un somnífero, una cárcel. Despertar es encontrar la llave. Cuando uno despierta de una pesadilla agradece que haya sido un sueño, pero cuando la vida te golpea desearías estar soñando. Podés no distinguir si estás despierto o dormido pero sabes perfectamente que es una pesadilla. Sin sueños la vida no tendría sentido, pero vivir en un sueño, en una ilusión, no es vivir. Vivir despierto significa que el dolor duela, sin anestesia, y que la felicidad nos mantenga con los ojos bien abiertos. La vida real, la de verdad, empieza cuando abrimos los ojos y dejamos de soñar.

Capítulo 99: "La vida es un sueño", Casi Angeles

sábado, 4 de junio de 2011

Simples razones

Quieres saber por que?
Porque me capturas
con la profundidad de tu mirada
Porque me cautivas
con el mero tacto de tus manos
Porque me protejes
De lejos y en silencio,
Pero me protejes

Porque me calmas
Las angustias y temores
Cuando encierras entre tus manos
Las mias
Porque me abrazas
Simplemente por eso
Y porque el simple hecho
De tu mirada sobre mi
De tu llamado
De cuando vienes hacia mi
Me aterra...

Porque pensarte
Se me ha hecho un pasatiempo
Y eso no es mas
Que culpa tuya

Porque me animas a vivir
De una forma diferente
Y no puedo evitar
Sentirme diferente
Como niña

Porque busco en ti
Inspiración
Y la encuentro

Porque me encanta imaginarme
Que te amo
Y al imaginarte
Que me amas
Me inunda
Una alegria escalofriante

Porque me siento demasiado
Para todos
Menos para ti
Para quien no soy suficiente
Solo porque para ti
Todo el mundo es suficiente
Simplemente
Es eso lo que te hace diferente
Que te consideras un igual entre los demas

Por eso no puedo evitar amarte

viernes, 3 de junio de 2011

Deux Amis

Eramos amigos
Tu estuviste ahí
Estaba sola, sin camino
Y te encontré, porque me encontraste

Esa tarde lluviosa de junio
Recoste mi cabeza sobre tu pecho
Mientras acariciabas mi pelo
Solos, en la iglesia

Permanecimos en silencio largo rato
Uniendo así nuestros corazones
En una pureza simple y limpia
Pues eramos amigos

Cualquiera podría decir lo contrario
Pues no comprenden
la intimidad que hay
Entre dos almas que solo buscan amistad

Mi soledad, tu soledad
En este mundo tan ruidoso
Se convirtió en tu compañía en mi
Y mi compañía en ti

Compartimos esa tarde
Eso que necesitábamos
Pues tu me necesitabas a mi
Y yo te necesitaba a ti

No eramos conscientes de que íbamos a morir
Si esa tarde no nos encontrábamos
Del cansancio, de tristeza...
Pero íbamos a morir

Y nos salvamos
Brindandonos eso
que tanto necesitábamos
Un estoy aquí

Entradas populares