domingo, 12 de octubre de 2014

Catarsis

Leí en la revolucionaria novela de Herman Hesse, Demian, la frase "El pájaro rompe el cascarón. El cascarón es el mundo. Quien quiera nacer, tiene que destruir un mundo. El pájaro vuela hacia Dios. El dios se llama Abraxas."

Y leerla fue escalofriante. Porque la relaciono conmigo en el sentido de que para no sucumbir tengo que destruir mi mundo. Mi mundo de protección. De comodidades. Un mundo en el que solo hay un punto de vista de las cosas. El lado correcto. Restrictivo. Juicioso. 

Y que hay de mi libertad? El dios Abraxas era descrito como un dios tanto del bien como del mal. Entender el lado malo de las cosas nos ayuda. Nos hacemos mas fuertes, sabios. Nos aprendemos a defender. 

El cascaron me hace sentirme mutilada. Suprimida. Anulada. Pero una vez roto el cascaron; no se vuelve a reparar. Esto me aterra.

Es hora de encontrar mi propio camino. De ser egoísta. Es hora de tomar decisiones que me harán ser alguien, y no seguir siendo un cero a la izquierda. Leí hoy, en un lugar que no debía de estar leyendo, que algunas mujeres nos esforzamos por una pareja que aun no conocemos y luchamos por hijos que aun no han nacido.  

Yo lucho por eso que puedo llegar a ser. No quiero traicionar a mi potencial. Esta ahí y no se quedara callado. El miedo me consume, pero voy a abrasar ese miedo, a aferrarme a ese miedo que me hace correr huyendo de la inercia. 

Y en cuanto a eso que deseaba y que no fue...que bueno que no fue. se trataba de otro refugio, otro cascaron...uno mas frágil cuyos días estaban contados. uno que solo iba a hacerme perder tiempo, distrayéndome. el pretexto perfecto para no enfrentar mi realidad. O mejor dicho, para no agarrar mi futuro con mis dos manos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares