martes, 24 de noviembre de 2015

Mujer. Bajo el ojo crítico de la censura

Ver las cosas por las que somos criticadas y censuradas las mujeres de nuestra sociedad; las mismas cosas que al ser realizadas por hombres, no reciben crítica alguna, me hace recordar por alguna razón a las culturas del Medio Oriente y de Africa, en las cuales ciertos comportamientos en el sexo femenino son duramente condenados, siendo uno de estos incluso hablar.

Creo que no debe existir comportamiento alguno inapropiado para una dama. Si está permitido para los hombres debe estarlo para nosotras, y si está prohibido para nosotras, debe estar prohibido para ambos, pero que va... Nuestra retrasada mentalidad no está preparada para eso.

El otro día pasaron un video musical en el que algunas modelos con poca ropa bailaban de manera sensual pero no vulgar. Le pregunté a mi novio si estaría de acuerdo con que, hipotéticamente, hiciera algo así en un video musical, a lo que me respondió que no tenía nada de malo, pues no era vulgar y seguramente les pagaban buen dinero. Sin embargo se muestra en desacuerdo con que cante una canción que ayudé a escribir, la cual es una dura crítica social que dice algunas groserías.
"Es que tu tienes una imagen" me dijo, alegando que no se veía bien que una "dama" cantara ese tipo de cosas. Meses antes, la misma canción fué cantada en uno de sus shows por una muchacha.

La mujer debe estar "impecable". Ellos pueden usar tennis y jeans para una salida nocturna, pero si una mujer lo hace, y presciende del maquillaje por una noche, y no lo justifica haciéndose llamar "alternativa" (si es que un cuarto de la población es capaz de comprenderlo), es duramente criticada.

Cuando estudié, las aulas en la escuela de odontología estaban compuestas en un 80% de mujeres. Sin embargo, en la práctica diaria, los pacientes parecen mostrar más respeto y suelen cuestionar mucho menos la palabra de un hombre de igual edad y preparación que yo. ¿Percepción? No. Y en caso de que alguien esté convencido de que lo sea, toda percepción tiene una causa.

Yo me considero igual de indignada con el gobierno, el sistema, y la sociedad, como cualquier hombre. Pero estoy acostumbrada a la censura. A imaginar a mi familia, amigos o conocidos, escandalizarse ante cualquier opinión medianamente realista. Si un hombre logra algo, es admirado. Si una mujer logra algo, es envidiada o se hacen especulaciones sobre cómo hizo para "conseguir" tal o cual cosa. Lo triste es que esto lo hacemos incluso las mujeres.

Y ni hablar de los abusos por parte de los hombres, porque ellos pueden hacerlo, porque "son hombres", pero nosotras tenemos que cuidarnos porque, al parecer, con nuestra mera existencia estamos "provocando" a seres incapaces de razonar, dominados por el instinto y con permiso para que todo lo que hagan les sea perdonado y visto como normal.

Admiro las sociedades en las que las mujeres pueden comportarse, vestir y hablar como deseen, pues, aunque para nuestra cultura aún es chocante, es muestra de lo mucho que nos llevan en cuanto a  mentalidad. Nos falta.

El machismo aún está implantado en nuestra mente, y lo sacamos a flote inconcientemente cuando cuestionamos la capacidad de una mujer, criticamos su forma de vestir, hablar, sus decisiones, su comportamiento, con una vara mas dura que la que utilizamos con los hombres.

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