jueves, 4 de junio de 2015

Llamas de Yamas

Una energía ardiente consume mi pecho desde adentro, impregnándome de ganas de dejar de existir. ¿O será mas bien un grito de auxilio, como recurso para la supervivencia de mi bienestar?

Algo en mí se rebela, algo patalea malcriada y no me permite conformarme más. Algo me reclama por aceptar tanto, y conformarme con tan poco. 

Y ese algo sigue ahí, en mi pecho, y me hace doblarme sobre mí, intentando que no duela. Me hace detenerme en un rincón, con las mismas pocas ganas de existir que me hace creer que siento. 

Soy conciente de que estoy bajo un ojo vigilante. Bajo una lupa jueza que analiza y computa cada uno de mis movimientos. Todo cuanto haga, aùn sean cosas opuestas, es ofensivo e incorrecto. Así me enseñaron. 

Ese algo me hace sentir que estoy aquí, y que no debería de estar aquí. Que estoy haciendo esto y que no debería de estar haciendo esto. ¿Qué debería de estar haciendo? Si no estoy ocupando mis minutos en la complacencia ajena, no soy dejada en paz. 

Ese algo me hace sentir que estoy gastando y no debería de ser así. Que estoy haciendo lo que quiero y no debería de ser así. Que aún no me despierto, y no debería de ser así. Que estoy comiendo, y no debería de ser así. Que estoy existiendo, y no debería de ser así. 

Ese algo me inspira a dejar de existir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares