viernes, 1 de mayo de 2015

Hijo mayor estás solo en el mundo

Prepárate para ser la prueba y el error.
Si tienes la suerte de nacer, prepárate para inaugurar el canal a travéz de la vida sin manual de instrucciones;
para ser más bien, quien despeja errante un camino a ciegas, para que otro sea quien lo recorra a gusto.

Te toca ser el sujeto experimental "A". Todos te observarán cambiar, asustados, haciéndote pensar que algo haces mal. 
De hecho, puede que sufras de una que otra avería por negligencia del partero o falta de conocimiento de la madre primeriza. 

Prepárate para crecer con inseguridad. Tus padres no tienen idea de lo que hacen y tú no tienes idea de cómo actuar ante sus desaciertos, y te preguntas si estás bien o mal y te reprochas y los reprochas, y al final eres el culpable.

Prepárate para que todo te duela. Para callar lo que deseas pues están por encima la regla de una imposición o el llanto de un capricho. Para las incoherencias. Incoherencia el que derrochen a favor de los menores y ante tí se quejan a tal punto de que sientes culpa de existir. ¿Pero culpa de qué? No me hubieras traído al mundo y te habrías ahorrado muchos problemas.

Para que todos crean que saben lo que quieres, porque es lo que ellos quieren para tí o hubieran querido para ellos. Pero eres un futuro. No te dejarán ser niño cuando quieras y cuando quieras ser grande, te querrán retener. 

Prepárate para todas las responsabilidades del hijo mayor y todas las desventajas del menor de los adultos. Para una sobreprotección acosadora que no pides y a la vez un desamparo negligente ante las injusticias. Pero gracias a ese desamparo, lograrás una independencia envidiable, y una capacidad de tomar decisiones inteligentemente. 

Y será una independencia a la vez emocional. Esa que empezaste a desarrollar la primera vez que te sentiste desplazado; esa que posteriormente ejercitaste cuando tuviste que desprenderte de algún dulce o cuando te obligaron a darle a tu hermanito tu juguete favorito para que dejara de llorar. 
Y se fué fortaleciendo con las pequeñas pérdidas diarias, y las constantes penitencias las cuales en lugar de dañarte, te convirtieron en un sobreviviente a cualquier circunstancia.

Prepárate, porque si eres capaz de sobrevivir a tu infancia y juventud, serás capaz de grandes cosas. 

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