lunes, 21 de mayo de 2012

Salvar...


Identifica a las personas que Dios ha puesto en tu camino para que las salves.
Pueden ser personas cercanas y muchas veces son aquellas cuya actitud nos saca de quicio, no sabemos por qué actúan así con nosotros, no las toleramos
Pueden ser también aquellas personas que, sin que lo sepamos, dependen mucho de nosotros. No es coincidencia que de tantos países, continentes, culturas, pueblos, regiones, provincias y zonas nos haya tocado convivir específicamente con las personas que se ha dispuesto que conozcamos. El Señor tiene propósitos al colocarnos en cada grupo y es que si por X o Y nos toco conocer a las personas que conocemos, pues hay que salvarlas como nos gustaría que nos salvaran a nosotros.
Y como salvar a alguien. Pues se empieza de lo sencillo a lo complejo. Podemos comenzar salvándolos de la ira, de hacerles coger ‘piques’ innecesariamente. Podemos salvarlos de ellos mismos, siendo benevolentes y perdonando sus defectos tal y como nos gustaría que pasaran por alto los nuestros.
Podemos salvarlos cambiando la reacción que esperan ver en nosotros, dando ejemplo sin cansarnos, sin desesperarnos ni gritar, confiados en que un día se den cuenta de todo lo que hemos luchado por ellos. Podemos salvarlos perdonándoles día a día por como son. Podemos salvarlos ejemplificando el legado de amor de Dios. Podemos salvarlos siendo íntegros. No aparentando algo a fuera y siendo diferentes con ellos. Simplemente hacer los que nos gustaría que hicieran con nosotros y lo más importante, darles a entender que son importantes.
Debemos saber que el hecho de que nos toquen personas con las que es difícil convivir nos hace fuertes, nos hace capaces, un poco más grandes y un poco más sabios. Nos SALVA también a nosotros. No es fácil. No es nada fácil pero como dice un amigo mío  ‘si fuera fácil, no fuera divertido’.
Imagina que te encuentras igual de perdido que esa persona especifica. Imagina que los que estén a tu alrededor no hagan nada para salvarte, solo condenarte, fijar y repetir que tienes tales defectos… pues que dirán cuando estén ante el Señor, sabiendo que pudieron salvarte y no lo hicieron; que pudieron servirle a Él para salvar a alguien y simplemente no lo hicieron.
Pues date cuenta de a quien puedes salvar y como. Salva a ese ser que te ha hecho tanto daño y aunque ahora mismo lo que más deseas es que se pierda, cumple con esa tarea que se te ha encomendado al hacer que en tu camino se encuentre esa persona que seguramente es cercano a ti.  Si tanto te has preguntado por qué te ha tocado una persona así y no lo entiendes, he aquí la respuesta:

Te ha tocado convivir con esa persona para que la SALVES, y te ha tocado a ti por el simple hecho de que eres la única persona capaz de hacerlo. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares