Una mirada

En un día cualquiera, una persona cualquiera te dedica, en un segundo de su vida, una mirada.
Es entonces el comienzo de algo diferente, totalmente nuevo.
Un día esa persona te habla, le hablas.
Otro día te dedica una sonrisa. Después hace un comentario y le dedicas una sonrisa.
Inicia una conversación. Casi de manera automática empiezan a verse mas seguido y a hablar mas seguido.
Un día así de la nada estas mal. Coincide que esa persona te habla y te pregunta que tienes.
Sin conocerle muy bien, le cuentas un poco.
Descubres que esa persona es ligera y afable y que te hace sentir bien.
Pronto te cuenta de si misma y de repente se ven en la necesidad de planificar encontrarse.
Es extraño, pero sientes que de alguna manera conocías a esa persona y que su encuentro estaba planificado.
Esa repentina confianza te hace recuperar la fe en que siempre vendrán cosas nuevas, que el mundo no se acaba con una perdida y que siempre puedes encontrar una nueva amistad.
Casi sin que te des cuenta, la soledad se esfuma y te sientes especial.


...y pensar que todo comenzó con una mirada.