sin necesidad de mucho teatro
embebidos en una tierna complicidad
colmados de desinterés
despojados de egoísmo
en medio del secreto de la penumbra
próxima la hora en que la noche cambia de fecha
se eclipsan palabras de afecto
entre besos lentos
los dedos se convierten en trasatlánticos de mares de azabache
y las caricias en nubes
que se condensan en una llovizna hacia el sur
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