Estas son palabras de un bruto, de un salvaje
que derrumba torpemente todo a su paso como olas del mar que pasan a través de un castillo de arena
con ayuda de los pies incontrolables de pequeños niños. Sin malas intenciones, sin deseo de hacerlas…
solo pasan esos incidentes, como consecuencia es mejor que amarrado, que se
amarre a sí mismo, se encierre en una prisión de cortos y lentos movimientos
para no derrumbar más cosas. Prisión de la cual se libera con la llave de la
música solo con el deseo de sincronizar sus movimientos y sentimientos con el
ritmo de ella, porque así es que puede moverse sin restricciones y sin miedo
alguno, puede ser él, puede relajarse y pasar de un estado casi estático a un
estado dinámico.
Este salvaje, este bruto, soy yo…
No soy de los que escriben, no soy de los que
se saben expresar de manera adecuada a través de la lengua, soy más de los que se
expresan mediante diseños, producciones y baile. Mi mente no calla pero muy
pocas veces derrama lo que tiene, cuando rebosa un poco del vaso, cada gota cae
en punto determinado y distinto, ya antes mencionados, en el que es usado rápidamente. Pero esta
noche hay algo que lo está haciendo
mandar pulso eléctricos constantes a mis dedos y manos, dándoles deseos
de escribir.
Muito tempo sin escribir, escribir por deseo,
escribir porque sí, no por trabajo o
asignación. La última vez fue que mis dedos se expresaron de tal manera
fue en un diario que no quiere ser leído porque hiere la emoción y anima el
mismo desánimo. Así como de torpe soy así es mi diario con respecto a su
efecto, no lo hace porque quiere… Y el otro cuaderno en el cual mis manos
cantaron, un cuaderno más antiguo que el vendado y oculto diario, se encuentra
descansando y durmiendo como la bella durmiente entra polvo y telas de araña,
guardando en su interior no más que versos de un niño atraído por la fiebre de
lo que coloquialmente llaman “artitaje”.
Esta vez no escribo por ese cálido sentimiento
que inunda los corazones, ni que eleva a muchos hasta los cielos haciéndolos
reposar en las nubes y sentir que la vida es perfecta. Tampoco escribo por las líneas tangentes de etiquetas que
pasan por el círculo de quien en verdad soy, pero es lo normal en esta pequeña
zona de tierra firme rodeada de agua y en otros lugares más, sumando que pocas son las líneas rectas que
atraviesan ese círculo acertando en el blanco aunque ninguna llega a tocar mí
importancia. Ni escribo tampoco por dolor, dolor provocado por el primer
sentimiento mencionado, ni ningún otro, solo escribo porque SI. ¿Qué
escribiré?… Nada, ya lo escribí, no hay motivo no hay razón no hay mensaje solo
vagas palabras de un bruto y torpe salvaje. Quien lea esto, y quede
insatisfecho porque esperaba más… no sigas esperando que no hay más, son como
mis breves e insatisfactorias respuestas a preguntas con grandes expectativas
en la respuesta. Mis dedos solo querían bailar sobre el teclado al ritmo de mis
pensamientos, tal y como yo lo hago siempre con el ritmo de la música, ESO ES
TODO…
… Aunque en un rincón de
mis pensamientos, bajo la luz lámpara creo ver una motivación para esto, para
mis dedos haber querido bailar y mi mente rebosar...
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