He comprobado mediante experiencias ajenas y propias que la satisfacción personal jamas llega a su clímax ya que el ser humano es imposible de satisfacer por las cosas que el mismo cree que desea. Si existe algo que nos puede llenar de autentica satisfacción de un sentimiento que nos llena por ser lo suficientemente grande como para sentirlo nosotros y los demas es aquel de procurar el agrado ajeno, cosa que sin saberlo me hace sentir una dicha que por no ser exclusivamente propia no se compara con ninguna otra y es, en comparación con los placeres egoístas un disfrute estático permanente y real, a diferencia de aquel otro disfrute exclusivo y personal, que es un vaivén de falsa felicidad, fugaz, ficticia y vacía la cual amerita cada vez mas requisitos para sentirla que el placer simple y llano de hacer algo bueno por el otro.
Si bien es cierto que la felicidad es propia, pero que mayor bien que el procurar la felicidad propia en base a la felicidad ajena, a sabiendas de que no somos capaces de ser realmente felices mientras el otro sufra.
Romanos 15
Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.
2 Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.
3 Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo;
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